El Monasterio de Cillanueva
“Cillanueva” proviene de “cillero”, el monje que tenía a su cargo cobrar y guardar los granos y frutos de la “cilla” o recaudación de diezmos e impuestos. Se llamaba también “cilla” a la cámara, bodega, despensa o panera donde se guardaban los frutos.
Denominación del monasterio
En el año 974 se restauró Rozuela, monasterio de los Santos Justo y Pastor de Val de Ardón en Val de Mahude. El notario puntualiza Santos Justo y Pastor del Esla, de Ardón, del Esla y el Bernesga.
El monasterio de Cellanova, monasterio de Villa Fhalaou, nombre del lugar de erección, del año 952 al 961 está regido por el insigne abad Julián.
Rozuela sienta preeminencia sobre Celanova ya que en 1033 los hermanos Fronimio y Pelayo Qualdioz disponen de los bienes de su hermano fallecido, Domingo, abad del monasterio de los Santos Justo y Pastor de Rozola y allí había enseñado letras, recibió órdenes sagradas, pasó su vida y murió. Los dos monasterios estuvieron bajo la misma dirección abacial.
Citas históricas del monasterio de Cillanueva.
El 27 de agosto del año 943, Vicente y sus hermanos donan al monasterio de los Santos Justo y Pastor de Cillanueva de Ardón la iglesia de San Esteban del Cea.
El 29 de noviembre del año 956, Era Cristiana de 994, Sendina dona a este monasterio de los Santos Justo y Pastor de Cillanueva de Ardón sus bienes en Sollanzo.
El 11 de diciembre del año 956 Vermudo dona al monasterio de San Justo y San Pastor de Cillanueva de Ardón sus heredades en Mansilla y Grajalejo.
Los abades de este monasterio
Se erigió el monasterio con carácter patrimonial y privado por el conde Berulfo o Arnulfo, asturiano de Pola de Allende y se hallaba enterrado aquí. En el año 915 ya vivía en el monasterio una comunidad regular y su propio hijo, también de nombre Berulfo, entregó este monasterio al obispo Frunimio, así como otros pueblos del Esla y del Cea.
En el año 932 el abad del monasterio era Bera, en 947 gobierna el abad Esperaindeo y en 952 el abad Julián.
Las reliquias santas en Ardón.
La consagración de los monasterios de Rozuela y Cillanueva a los Santos Justo y Pastor vendría impuesta por la posesión de alguna sagrada reliquia de su martirio, traída por la emigración de algún mozárabe, ya que esa era la razón de la mayor parte de los cenobios de esta época.
La posesión de estas reliquias se documenta en fechas de 22 de abril del año 932, 20 de octubre de 954, 28 de mayo de 958, 8 de julio de 1033 y 24 de febrero de 1037, según obra en el tumbo de la catedral.
Los vestigios de Cillanueva
El monasterio de Cellanova, Cillanueva, fue muy estimado por los reyes Don Ramiro II y sus hijos Don Ordoño III y Don Sancho el Gordo, y algo tenía que ver con el cariño de esta predilección la victoria de Simancas por el gran Don Ramiro II el 5 de agosto del año 939, víspera de la fiesta de conmemoración de los Santos Justo y Pastor de Cillanueva.
Se hallaba situado este monasterio entre Cillanueva y Banuncias, y siendo un kilómetro la distancia que separa ambos pueblos estaría a cuatrocientos metros al mediodía de Banuncias y a 600 metros al norte de Cillanueva. El lugar donde se cree que se asentaba este monasterio le llaman Los Sanmartines, que quiere decir: Los Santos Mártires, refiriéndose a los Santos Niños Mártires Justo y Pastor.
Para acceder a este lugar, partiendo de Cillanueva, se va por un camino de Concentración Parcelaria y este pago de Los Santos Mártires se sitúa entre el camino y el valle, a mano derecha. Este valle nace de la conjunción de otros dos valles: el de Malillos o Conforcos y el de la Huerga. Justo a la derecha de Los Santos Mártires, denominan a este valle Pielgos, que quiere decir Piélagos o conjunto de charcas. La finca de Los Santos Mártires es amplia, anduve calculando y me pareció de unas quince áreas y se sitúa como una meseta con un leve talud para bajar al valle. Tiempo atrás fue finca de viñedo y aún se localizan muchos trozos de teja y ladrillo macizo, procedentes a buen seguro de las construcciones del antiguo monasterio de hace mil años.
En este lugar se encontró, según la tradición, el Cristo románico de la iglesia de Cillanueva. Hoy se guarda en una vivienda particular para su custodia. El monasterio tuvo vida hasta el decreto de 1116 y luego su vida espiritual se trasladó al pueblo de Cillanueva, que construyó la iglesia quizá en el siglo XVII, porque sus retablos son barrocos.